Milagros Campos: La estabilidad se construye con reglas claras y presidentes que honren sus compromisos

En el programa Voces del Sur, la abogada y docente universitaria plantea una serie de propuestas para salir de la crisis política.

Por: Karol Macetas y María Luz Cruz – Radio Yaraví de Arequipa

¿Cómo salimos de esta crisis política que estamos viviendo en nuestro país?

Hay un problema en el diseño institucional que genera dificultades en la gobernabilidad, pero también con los actores políticos. Sobre esto último, los ciudadanos debemos pensar bien al momento de votar, de elegir personas idóneas y virtuosas.

Lo que propongo es pensar en las instituciones que son muy importantes. En los últimos años, la crisis política nos ha llevado a tener seis presidentes en cinco años, renuncias de los mandatarios, vacancias, un golpe de estado frustrado, referéndum, disolución del Congreso y tantos cuestionamientos. Hay que ver la luz detrás del túnel.

La bicameralidad y la reelección parlamentaria ya han sido aprobadas, pueden parecer reformas que no son oportunas e impopulares, pero van en el sentido correcto. Deben apuntar a construir carreras políticas a largo plazo y generar que nuestros representantes sean responsables, reeligiendo a aquellos que ejercieron bien el cargo y evitar a quienes no lo hayan hecho.

Paralelamente, debemos considerar una reforma urgente relacionada con la responsabilidad de los presidentes durante su mandato. Es necesario añadir los  delitos graves a las causales por las que se puede juzgar políticamente a un jefe de Estado, según el artículo 117 de la Constitución.

Además, se debe pensar en reducir las causas de vacancia por permanente incapacidad moral, porque un presidente en minoría cuando no tiene los 44 votos que lo protejan en el Congreso va a estar expuesto a terminar su mandato de manera anticipada. Los presidentes deben gobernar por cinco años.

La importancia del voto

El sistema bicameral podría ser bueno, sin embargo, la ciudadanía no está satisfecha con el desempeño de los parlamentarios, a quienes acusan de aprobar leyes para su beneficio. Según una encuesta de IDEA Internacional, el 54% de arequipeños considera que la democracia en nuestro país estaría mejor sin un Congreso de la República.

Sin Congreso no hay democracia, así como no hay democracia sin libertad de opinión o sin respeto a las libertades y sin controles entre los poderes del Estado.

Es importante tener en cuenta el gran poder que tenemos como ciudadanos y ciudadanas a través del voto. Si bien lamento que no se realicen las elecciones primarias cómo se había planteado, tenemos que someternos a las reglas y eso significa que, al momento de sufragar, debemos pensar bien nuestro voto. Si un partido lleva a un candidato con sentencias o que ha cometido algún delito contra el Estado, no debemos respaldarlo.

Vamos a tener una elección con más de 30 partidos y esto dificulta la tarea de elegir candidatos adecuados. Necesitamos contar con medios de comunicación para ayudar en esta selección, abriendo espacios a los postulantes que demuestren idoneidad y virtudes para ocupar el cargo.

En los últimos seis períodos parlamentarios solo tres congresistas fueron reelectos hasta por cuatro veces, de esta forma se evidencia que en el Perú hubo más aventurerismos políticos que carreras políticas.

Reformas necesarias

De acuerdo a su experiencia y a las investigaciones que ha realizado, ¿Cuáles deberían ser las principales reformas que deberían adoptarse para volver a ser una democracia viable?

Con desconfianza y desapego es difícil construir mejores instituciones. Entonces, se debe recobrar la confianza, los políticos y partidos existentes tienen que echar una mirada y también se debe observar a las nuevas organizaciones para pensar a quienes van a convocar.

Además, debemos pensar en la renovación de la Cámara de Diputados a mitad de período, propuesta que planteó la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, esta medida existió hasta 1920. Hoy es necesario acercar el Congreso a la población y que la agenda de los parlamentarios sea las preocupaciones de la ciudadanía sobre temas como salud, educación, seguridad, entre otros. La renovación a mitad de período permite que se filtre esa agenda a través de las campañas.

Otra propuesta es la necesidad de ampliar el período de los magistrados del Tribunal Constitucional (TC). Necesitamos quebrar este esquema en el cual son elegidos solo por cinco años y por un Congreso. En otros países de la región y en Europa, los periodos son más largos de manera tal que los magistrados tengan un horizonte mayor para sus fallos y la experiencia. Además, la renovación puede ser escalonada, cada dos años, para que no coincida con la conformación de un único Congreso.

Otro tema a analizar es la sucesión constitucional. Perú es uno de los pocos países que cuenta con dos vicepresidentes; sin embargo, hemos observado que en situaciones de crisis el titular del Congreso ha tenido que asumir la presidencia. Entonces, no queda claro si el presidente del Legislativo convoca a elecciones presidenciales o generales.

También sería interesante considerar si, cuando falta poco tiempo para que termine el mandato presidencial y ocurre una crisis, debería convocarse a elecciones generales para que alguien asuma el cargo por 5 años o únicamente para completar el período restante.

La inestabilidad política nos deja con un saldo complicado y esto genera que la inversión privada se retraiga, ya que las reglas no están claras. A largo plazo tampoco se puede programar las políticas porque los funcionarios son relevados del cargo y eso es lo que hemos visto en los últimos meses. ¿Cómo construir la estabilidad política? Con reglas claras y con presidentes que honren su compromiso.

– ¿Cuáles son las reformas que deberían aplicarse desde el sistema de justicia?

Creo que hay una reforma en el sistema de Justicia que se cae de madura. La provisionalidad en el Ministerio Público y el Poder Judicial debe desaparecer. Es muy urgente contar con jueces y fiscales nombrados que puedan tener la garantía de la inamovilidad en el cargo y que puedan tener claramente la confianza de que sus fallos van a estar ahí.

Asimismo, se debe evitar la politización de la justicia y ese es otro aspecto en el cual es necesario trabajar. Ninguna reforma del Poder Judicial o el Ministerio Público debe dejar de lado esos dos temas.