Cusco: Jóvenes en acción para la vigilancia de las obras públicas 

|

Mientras el Estado mira para otro lado y evita enfrentar los problemas de la corrupción o las obras paralizadas, un grupo de jóvenes observa de cerca y ayuda a fortalecer la transparencia y la integridad. Esta es la historia de un grupo de jóvenes que aplicaron un método más riguroso de vigilancia ciudadana en la…

Por: Anna Helena Günther 

El Estado tiene una larga lista de responsabilidades, entre ellas la de proporcionar instalaciones educativas en óptimas condiciones. Sin embargo, el retraso en la entrega de este tipo de obras es una constante. Son reiterativos los errores, las ampliaciones de los presupuestos y de los plazos. Toda esta situación refuerza también las sospechas de corrupción.

Frente a este problema social, la ciudadanía ha optado por participar en procesos de vigilancia y la siguiente es una historia sobre los resultados de este tipo de intervención en el colegio Mariscal Gamarra, en la histórica ciudad del Cusco. 

El costoso fallo de integridad del Estado 

Poco menos de un tercio de les peruanes considera que la corrupción reduce la calidad de los servicios públicos en su localidad. Cusco es la segunda región más afectada después de Lima, con casi cuatro mil casos de corrupción en el primer trimestre del 2024, por lo que no es de sorprender que casi el 70% de los cusqueños afirme que la corrupción es el principal problema que más afecta al país.  

La corrupción no es solo un problema de integridad e injusticia, sino también un problema financiero: por ejemplo, en el 2021, el Perú perdió S/ 24,000,000 por la corrupción, un monto que podría haber sido invertido en otros proyectos. Alcanzaría, por ejemplo, para 1642 hospitales regionales o 121 000 escuelas. El dinero perdido falta en otros lugares y genera más problemas, como en el ámbito de las obras públicas. Según un informe de la Contraloría, la falta de recursos financieros y liquidez es una de las causas principales por paralizaciones en obras públicas. 

Ein Bild, das Text, Screenshot, Diagramm, Schrift enthält.

Automatisch generierte Beschreibung 

Obras atascadas

Este problema es otro de los que el gobierno no logra resolver. Paralizaciones y retrasos en obras públicas ocurren regularmente en todo el Perú. A fines de diciembre del 2023, había casi 2300 obras públicas paralizadas por un valor de S/ 26 millones. Con 346 obras públicas paralizadas, Cusco tiene claramente la mayor afectación entre las regiones.  

También se repiten los casos de corrupción en las obras públicas. Pero el Estado parece mirar habitualmente para otro lado ante tales problemas. La población de Cusco tiene poca confianza en que los servicios públicos no se vean afectados por la corrupción.  

Un proyecto que no quiere mirar hacia otro lado 

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha ejecutado el Proyecto Inversión Pública Transparente (TPI, por sus siglas en inglés). El Proyecto TPI se lanzó en 2020 con la visión de reducir oportunidades de corrupción en la inversión y contratación pública, a través del diálogo multiactor y la creación de Redes de Integridad, con el fin de construir una cultura de integridad y transparencia.

Para ello, el proyecto ha desarrollado quince estándares de integridad, con los que se pueden vigilar las obras públicas. El proyecto se desarrolla actualmente en siete regiones de Perú, donde se ha formado a ciudadanos en vigilancia y se han constituido Redes de Integridad, que llevan a cabo la veeduría.  

La sociedad civil cusqueña se pone manos a la obra 

Una de las regiones es Cusco, donde se hace seguimiento a cinco obras públicas. Miembros de 16 organizaciones diferentes conforman la Red de Integridad Cusco. 

Linda Porillo forma parte de una de estas organizaciones, la Red de Interquorum Cusco. A finales de 2021, Proética les habló del Proyecto de USAID TPI, que inicialmente empezó con capacitaciones y pidió voluntarios para participar en ellas. Linda viene del campo del derecho y conoce bien los temas legislativos. Por lo tanto, está familiarizada con el estudio de la corrupción y está frustrada de que muchos gobernantes usen el poder para fines privados.

 «Actualmente no se puede confiar en las instituciones públicas», se lamenta Linda, y por eso decidió participar en las capacitaciones impartidas por el Centro Bartolomé de las Casas (CBC), para vigilar varias obras. Una de las obras sometidas a vigilancia corresponde al colegio Mariscal Gamarra de Cusco. 

Ein Bild, das Kleidung, Im Haus, Person, Frau enthält.

Automatisch generierte Beschreibung

Linda Portillo en una visita a la obra del Colegio Mariscal Gamarra con el entonces Ing. Res. Henry Dueñas a su izquierda. 

Una obra con diez ampliaciones 

La obra en el colegio comienza en 2019, para mejorar, ampliar y modernizar el equipamiento de la escuela. Alrededor de 760 beneficiarios se aprovecharían del nuevo mobiliario, que incluye un ascensor para una mayor inclusión, nuevas aulas multifuncionales y otras mejoras en la escuela. 

Debido a la pandemia, al principio los estudiantes de la primaria estudiaban a distancia, por lo que la obra no les afectó mucho. Pero cuando volvieron en 2022, explica la directora, sufrieron por estar repartidos entre cuatro instituciones diferentes. En algunos casos, los padres tenían que recoger a sus tres hijos en colegios distintos.  

En 2022, los alumnos pudieron al menos volver a utilizar parcialmente la institución educativa. Sin embargo, debido a espacios inacabados, por ejemplo, el recreo de los niños era limitado. La ejecución de la obra era una carga para alumnos, profesores y familiares.  

Por eso era aún más importante que la obra terminara pronto, para que pudieran volver a su vida cotidiana. Pero ocurrió todo lo contrario: la obra se paralizó en algunos momentos y al final hubo un retraso por varios meses. Los vecinos notaron tal demora y los beneficiarios hicieron saber que existía falta de sensibilización en la entrega y mantenimiento. En lugar de la entrega prevista para julio de 2023, hubo diez ampliaciones de plazo. La obra fue recién entregada en diciembre.  

Las instalaciones del Colegio Mariscal Gamarra  – Foto: Aldo Vera – Proyecto de USAID Inversión Pública Transparente (TPI) 

No se trata de un caso aislado 

El retraso no es un caso aislado, sino otro de los problemas en los que el Estado se muestra ineficiente. En todo el Perú, los retrasos en las obras públicas ocurren regularmente: una cuarta parte de los proyectos tienen más de tres meses de retraso.   

Esto a menudo conduce a un aumento del costo del proyecto; por ejemplo, Henrique de Aragâo reveló en el Congreso Nacional de Consultoría de Ingeniería en agosto de 2023 que, según un estudio de FEPAC, los costos aumentan una media del 79% en comparación con el presupuesto inicial.  

Incremento en un 66%  

Este es también el caso de la obra del colegio Mariscal Gamarra: el monto de aprobación del primer expediente técnico de S/ 9 772 895 aumentó en un 66% hasta superar los 16 millones de soles. 

Mientras el Gobierno omite controlar realmente sus obras públicas, la Red de Integridad Cusco decidió examinar de cerca la obra Mariscal Gamarra, para llegar al fondo de las cuestiones de transparencia e integridad: ¿por qué se ha retrasado la entrega de la obra?, ¿por qué ha aumentado el precio?, ¿y no habrá corrupción detrás de todo esto? 

Bajo revisión 

Linda y varios voluntarios de la Red de Integridad fueron capacitados por personas de las organizaciones CBC y Proética, en el manejo de la ficha de visita a obras y sobre los estándares. Fue así que iniciaron el trabajo de campo en el Colegio Mariscal Gamarra. Al iniciar la veeduría en 2023, la obra ya estaba en la mitad de la ejecución y por ello inicialmente solo aplicaron los estándares 10 a 15, que se aplican en esta etapa. 

Sin embargo, pronto se dieron cuenta de vacíos en el expediente técnico, por lo que consideraron pertinente revisar los demás estándares. Especialmente el segundo, ya que permite analizar problemas vinculados con el retraso.  

¿Dónde está la matriz? 

El segundo estándar integridad exige disponer de una matriz al inicio del proyecto para mitigar riesgos futuros. Linda y sus colegas preguntaron por esta matriz y no hubo respuesta clara. En una visita a la obra, el entonces ingeniero residente Henry Dueñas se comprometió a buscar el documento, pero en una siguiente visita informó que no pudo ubicarlo. 

El informe técnico de la matriz de riesgo no es ubicable en la plataforma de OSCE, tampoco en los archivos en soporte físico. Por tanto, los vigilantes ciudadanos concluyeron que no se cumplía el segundo Estándar de Integridad. El ingeniero residente de obra dio explicaciones generales sobre el retraso de la obra. Por un lado, cita la pandemia de Covid 19 y, por otro, el cambio de gestión de las autoridades regionales. Esto provocó demoras en la aprobación de las ampliaciones solicitadas, hecho por el cual se tuvo que paralizar la obra en varios momentos.  

¿Es todo palabrería? 

Linda y sus colegas anotan los hallazgos en el informe 2023 de vigilancia ciudadana sobre el Estándar 2 en la obra del colegio Mariscal Gamarra. En él, también dejan constancia de sus recomendaciones a la autoridad para evitar futuros errores en las obras. Ellos mismos, como Red de Integridad Cusco, no tienen potestad sancionadora. La función que cumplen es de supervisión para asegurar la transparencia y plantear sugerencias. Por supuesto, esto puede debilitar la eficacia de la intervención, pues puede quedar solo en recomendaciones.  

Sin embargo, en el caso del Colegio Mariscal Gamarra, la Red de Integridad Cusco se ha propuesto ir más allá de las recomendaciones, pues interviene activamente en los acontecimientos, porque el retraso no es el único problema de la obra. 

Alegría adelantada 

La obra fue entregada en diciembre 2023. Pero después de las vacaciones, hay algo que salta a la vista: las mesas son demasiado bajas para algunos alumnos, lo que hace que se golpeen las rodillas con el tablero. Los padres informan que los alumnos de los grados superiores primaria se ven especialmente afectados. Durante otra visita, los miembros de la Red de Integridad Briset y Adrian también se dan cuenta de ello.  

Ein Bild, das Boden, Im Haus, Fußboden, Laminatboden enthält.

Automatisch generierte Beschreibung

Briset Saldívar y Adrián Álvarez proceden del Centro Bartolomé de las Casas (CBC) y accedieron a la capacitación de nuevos miembros de la Red de Integridad Cusco. Al averiguar qué había fallado, encontraron que las medidas estándares especificadas por el Ministerio de Educación no eran las más adecuadas.  

Bajo este escenario, todas las partes habían cumplido con los contratos y leyes aplicables, y no se podía a la empresa que vuelva a fabricar las mesas. Pero el problema sobre el mobiliario mal diseñado estaba vigente en perjuicio de los alumnos.  

Algunos estudiantes se sentaban incómodamente en sus sillas, ya que de lo contrario se golpearían las rodillas contra la mesa. 

Las recomendaciones van seguidas de acciones 

Ein Bild, das Messstab Maßband, Im Haus, Person, Mobiliar enthält.

Automatisch generierte Beschreibung

Hubo procesos de diálogo y el Gobierno Regional de Cusco aceptó hablar con el proveedor y al final la empresa TICA SAC, que había fabricado las mesas, accede amablemente a aumentar el tamaño de las mesas sin costo adicional.  

Gracias a la vigilancia activa de los ciudadanos, algunos alumnos pueden ahorrarse incómodas horas de clase. Gracias a la determinación y dedicación del equipo activo, que va más allá de las medidas normales del diseño del proyecto, el proyecto no se queda solo en vigilancia y recomendaciones, sino que genera un impacto notable al corregir errores.  

Los retos a futuro 

La vigilancia ciudadana no es una varita mágica y no puede erradicar todos los problemas en las inversiones públicas. Las Redes de Integridad no tienen autoridad, como los entes de control del Estado. 

Sin embargo, el hecho de que el proyecto no sea estatal y, por tanto, no tenga fuerza legal, también es una ventaja: refuerza la cooperación entre la inversión pública y la población civil, e incentiva para que haya más transparencia y, por lo tanto, más confianza.  

«Todos podemos hacer el cambio y así buscar una mejor sociedad. Lo único que es necesario es tener el interés y la voluntad», dice con entusiasmo Guianina Calla Apucusi, una colega de Linda. Tal vez las Redes de Integridad no puedan colmar por completo las faltas en el cumplimiento de las tareas estatales, pero al menos son un paso en la dirección correcta y ofrecen un espacio para la participación activa de los ciudadanos.  

Los estándares de integridad aún no se aplican a todas las obras o son utilizadas, en muchos otros, en forma parcial. En la obra del colegio, por ejemplo, el proyecto inició tarde, por lo que solo se inició con un estándar retroactivamente, en lugar de llevar a cabo un control simultáneo.  

El sistema de las redes y estándares de integridad por ahora se aplica en siete regiones. En Cusco, el ingeniero residente de la obra del colegio Henry Dueñas ha calificado en forma positiva la vigilancia ciudadana. «No tenemos nada que ocultar. Hemos querido dar lo mejor para el colegio», comenta. La directora del colegio, Nancy Cabrera, también destaca la importancia de la Red de Integridad para fortalecer la transparencia.  

Nancy Cabrera, la directora del colegio Mariscal Gamarra. Foto: Aldo Vera – Proyecto de USAID Inversión Pública Transparente (TPI) 

En cuanto al Gobierno Regional en Cusco, esta instancia ha asumido en forma positiva la experiencia. Una última acción fue la aprobación de una ordenanza que reconoce y formaliza la existencia de las veedurías multisectoriales. Se trata de una política que establece un marco de participación ciudadana para el seguimiento de los contratos y fortalecimiento de la transparencia y la integridad. 

Aún queda mucho camino por recorrer antes de que los contratos y las obras del Estado estén transparentes y libres de corrupción y retrasos. Pero los jóvenes de la Red de Integridad Cusco ya asumieron el reto de fortalecer la vigilancia. Aspiran a que las Redes de Integridad monitoreen no solo las obras, sino todo tipo de servicios públicos. Linda Porillo también considera vital la participación de los jóvenes en los procesos de veeduría. La experiencia del colegio Mariscal Gamarra permite advertir que esta experiencia puede tener valiosos resultados en muchas otras obras.