La exministra de Justicia y Derechos Humanos, Ana Neyra Zegarra, advirtió durante una entrevista a Voces del Sur de radio Taki (Huancavelica), sobre los riesgos de fusionar el Ministerio de la Mujer con el de Desarrollo e Inclusión Social. Una medida propuesta por el actual gobierno. Neyra, quien también es docente universitaria, subrayó que esta decisión afectaría directamente la priorización de políticas contra la violencia de género y la participación política femenina.
“Al desaparecer el Ministerio de la Mujer, se pierde un espacio clave en el Consejo de Ministros para defender presupuestos y prioridades específicas”, señaló Ana Neyra. Destacó que, al fusionar ambas carteras, se reducirían recursos y personal dedicados a combatir problemáticas críticas como el feminicidio: “El enfoque de un ministerio de la Mujer y de Desarrollo Social es distinto”. El Midis prioriza la pobreza y el otro ministerio tiene el objetivo de reducir las brechas de desigualad de oportunidades para las mujeres.
La exfuncionaria criticó la medida como parte de una tendencia conservadora que busca reducir a las mujeres a roles tradicionales. Además, alertó que la fusión debilitaría el cumplimiento de compromisos internacionales, como los informes ante la ONU, esenciales para acceder a financiamiento contra la violencia de género
“Es muy triste que la primera presidenta mujer haya permitido tantas políticas contrarias a las mujeres”, recalcó la exministra.
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Pedido de Ana Neyra a la ciudadanía
Ante este escenario, Ana Neyra instó a la ciudadanía a movilizarse: “Podemos presionar a congresistas para rechazar la propuesta y exigir que la agenda de las mujeres no quede en último lugar”. Colectivos como Flora Tristán y Manuela Ramos ya se pronunciaron en contra, calificando la medida como un retroceso significativo.
Mientras el gobierno insiste en que la fusión optimizará recursos, Ana Neyra concluyó con un llamado urgente: “En la práctica, nos están quitando derechos. Necesitamos unidad para resistir esta arremetida”. La decisión final dependerá del Congreso, donde la presión ciudadana podría ser determinante.
Nota: María Luisa Álvarez
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